martes, 6 de enero de 2015

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...sabía que estabas cerca, el taxi aguardaba por una mujer que era la aventura del medio día, esperaba a que me despidiera de ella para seguir su rumbo. Sé que era escultural porque recuerdo la curva de su espalda hacerse cadera sobre el asiento y su cara hecha de facciones afinadas. Tu estabas en el fondo del asiento, pegada al cristal, te miraba directo a los ojos buscando indicios de malestar, sin hallarlo, miré directo a tus ojos para cerciorarme de que la situación era sana. Recuerdo claramente los detalles de tu rostro, me sorprendió poco, ya que siempre estudiaba tu gesticulación, y al tiempo memoricé cada aspecto, cada rincón no sólo del rostro sino del cuerpo completo. Te soñé y fué bastante claro, me desperté para volver a dormir, no estaba cansado, era más bien seguir mirándote en mi subconsciente.
Voy tarde al trabajo, pero no importa,   la nueva receta médica me da oportunidad de usarla como justificante. Comienzo a creer que la medicina tiene algo que ver en la creación de sueños donde estás, donde apareces.

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