lunes, 12 de enero de 2015

100

Escucha particularmente estas canciones, pienso en ti tal como lo escribo abajo cuando las escucho, te regalo mi experiencia, lo que me acompaña cuando corro en el boulevard, la motivación que pensarte me ha dejado:


7
 ¿Arrepentimiento? No creo, el maltratarnos no fue un efecto secundario del amor, fue una consecuencia gustosa de nuestra defectuosa manera de querer, de merecernos mutuamente, así nos pedimos, tal no entregamos. No me arrepiento pero cómo te extraño.

Me pregunto por qué fue de esta manera, por qué jugar así con el corazón…te pido perdón por no ser lo que querías, pero piensa que tú tampoco curaste mi corazón…en fin, no era nuestro deseo, siquiera lo planeamos, así que, por qué martirizarnos, no fuimos ni tu ni yo culpables, solo fuimos.

8
 No hay palabras que dicten una despedida, un adiós sellado con besos de espejismo que curan la sed en el desierto de pensarte sin probarte, sin acariciarte. Me cortaría los brazos para hacerme ave y volar hacia ti para rescatar la ilusión que no alberga ningún rencor, sin engañar al corazón.
No pongo de acuerdo a la razón y al corazón bebiendo de tu sangre y evaporando tu sudor, te miro desde el cielo y me pregunto qué pasó…


6
El cariño es como un ave cautiva que vuelve de su libertad, ella regresa porque quiere, con temor al olvido, vuelve aunque hacia un nuevo destino. No eran gotas de lluvia las que iluminaron nuestros rostros, era la luz de la luna creciente que atesora nuestro amor.


1
Nos dolió con la misma certeza del no saber lo que al volar de punta al acantilado nos deparaba la vida, y a arrojarnos morimos para sentir y perdonamos para sanar…el amor fue entonces una forma más, un modelo de amar o amarse, en medio del caos, preferimos soltar y caer, y planear. Respirar y dejar de esperar para perdonar, para morir, para vivir.
No paremos de hablar, no ahuyentemos al silencio pero tampoco gritemos contra la pared ni acallemos la voz con el sonido del mar. Podemos amortiguar el dolor con la arena y en las estrellas colgar nuestra esperanza, nuestros sonidos, esas oraciones no pronunciadas que brillan para guiar el camino…alza la mirada y aprecia su luz…son mis deseos, es mi amor…

2
Hallar tus pies fríos bajo mis sábanas, que medio dormido me hagas el amor, me resucites cada noche cuando la nostalgia se revive en la bruma…tus olores mezclados con los míos en nuestro sexo bien adentro.

3
X

4
No sé porque me conste que no haya resaltado el rosa de nuestra relación, si fue posible lo imposible por sanar al corazón, dejarnos lo sabes, no era una elección deseada, sino la única opción. No nos cuidamos en el desencuentro y si bien no estás a mi lado, sigues aquí. Tu voz hace eco en mi pecho, vibra y me despierta buscando tu lecho, en el vacío vivo sin fuerza, sin lugar, sin dirección, y en esa ausencia, merodeas, andas, atacas, estás ahí.

5
Es invierno desde febrero…

9
X

10
Quiero tu luz, una respuesta, somos más que una explicación que al tiempo se extraña, somos más que extrañarse o  contenerse dentro de una ilusión. ¿Conservas y abrazas mi almohada cuando escuchas mi voz? ¿la aprietas en tus mañanas frías? Dime si tu cuerpo contempla la luna cuando aparece en el ocaso, como una costumbre nuestra, como una señal a la distancia. Por favor, no planees nada si me quieres ver, por favor improvísanos.

Canto y me arranca de adentro el dolor, lo expone y luego lo guarda, porque mi rostro está lleno de lágrimas aunque no se puedan ver, del mismo modo que sobre las nubes no se puede caminar pero que oscurecen el cielo cuando se acumulan, futura tormenta que se ha formado desde el sexto día de febrero.

11, 12, 13 y 14
X

15
 Despierto frecuentemente en plena contemplación de lo tuyo, a veces la almohada se me figura a ti y el desconsuelo cae en otro pelo, tanta búsqueda encontrada en medio de la madrugada, en medio de la nada. Tanta miel, tantos besos, llenos de todo, dueños de nada. No hay descanso en este tormento para el alma donde te espera mi nombre, ni el abrigo de otro hombre, aunque te engañes, un amor como el nuestro no tiene cuándo ni dónde. Donde te espera mi nombre no hay consuelo...sólo una vez en la vida se quiere así. Un amor de este tamaño no tiene cuándo ni dónde. Nunca pude reponerme, ya te he entregado el alma.

16
De tu boca por un beso cada vez que se encuentran tus labios con los míos en los sueños nacen las fantasías dulces que me reaniman los días.





























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