jueves, 22 de enero de 2015

112

Nunca zarpó, nació en la espuma de altamar aquél velero de madera, de coral. Sueña con islas donde nunca llegará, cuando el amor es hijo de la tempestad y a la deriva siempre condenado va, nunca hay buen tiempo, pues todo es viento y nada más, y aunque no existió ni donde encallar, nadie en el timón ni rosa del mar, saben que el amor siempre es naufragar. Es la canción de los amantes sin lugar, no hay tierra firme esta historia de la sal, siempre hay precio para la felicidad. Y les tocó por su pecado original tanta belleza errante, esta marea que no llega a desbordar...el violín en esta canción es el eco del dolor y la guitarra en su triste arpegio rompe las olas en mar, viento y mareas da.


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