martes, 20 de enero de 2015

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Me la he pasado mal, mirando a todos lados a ver si estás, que vuelvas y que saques este peso muerto de mi, sé lo que eres y lo que no esperas si te quedaras aquí, no todo anda bien, no sé cuál es la  mejor forma de amarte, de lejos o dejar de hacerlo de cerca. Tomo y a menudo deseo olvidarte, dueles a través de los kilómetros, del eco en el corredor y hasta los acantilados que rodean. Quédate inventando que todo anda bien, por favor, quédate un instante cual menos dolor de perderte otra vez en la nada se diluya. Todo puede ser si inventas que las cosas andan bien para no inventar que no te amo y que tampoco te extraño cuando la copa vacía hace efecto en mi carne y tus recuerdos.

Creo a veces escuchar tu voz en el viento, cuando te pienso de más, cuando menos puedo olvidarte, más me sorprendes con tu calor, cuando nada está bien, apareces en el mejor momento...para recordarte, para reavivar el fuego de tus labios sobre los míos. Los sentidos me piden tocarte por la noche, en la oscuridad de lo imposible y lo visible que te hacen difuminada mujer de trazos suaves, inteligibles.

Te fuiste y contigo se fué mucho de mi, ahora soy otro así que no importa mucho, aunque por fuera parezca ser el mismo,  ya por dentro he elegido un lugar distinto, para morir o nacer, no sé, solo he pedido seguir...cuando estás al lado de un abismo, es preferible tropezar a caer.

Cuando te fuiste tomé caminos para acortar tu olvido, pero ya he llegado al destino o varios de ellos y ninguno resultó suficiente, en cada uno de ellos aguardando estuviste, desde el más corto al más extendido.




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