jueves, 22 de enero de 2015

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Continúan los temblores, la ansiedad y la sensación de que algo sucederá, como si algún poder psíquico se apoderara de mi, además del apetito exacerbado o falta de él. Pensar que te veré me ha hecho querer regresar al cigarro y de vez en cuando un mezcal debo apurar para digerir la pastilla que me permita sostenerme positivo.

Así como tu, he frenado los impulsos de explicarte con besos las palabras que parecen estar de más y de acobijar esos pensamientos delirantes en lo que desaparezco todo alrededor, el tiempo, la distancia, los objetos, lo que está de más, lo que importe menos, para estar junto a ti.

En tus ojos hallo consuelo porque de ellos no puedes evitar que emane la dulzura de pertenecerme en el corazón, he guardado tu mirada en mi memoria, ya que es el vínculo más grande hacia tu amor, y anhelo con ansias interminables el retorno de ese calor.

Escribo con un fuerte deseo de que leas mi presente edificando nuestro pasado, porque nos pertenece lo construído a través de los pensamientos, palabras, rituales y actos solemnes. Sé que lo harás de noche o de día, de madrugada o al amanecer, y en el efecto futuro de extrañarte hoy, nuestro amor crecerá paciente.

No me gusta estar así, solo trato de explicarte con palabras que están de más, lo que con impulsivos besos puedo lograr...

Es amargo pero también es dulce este tormento porque letra a letra me acerco a ti...vivo sufriendo tu recuerdo, muero por no tenerte junto a mi. ¿Crees que exista ese mundo paralelo donde las almas viven por la eternidad? a veces quisiera cerrar los ojos y esperarte ahí...aunque soñar es lo más parecido, desaparezco poco a poco en mi realidad triste, despierto sin haberme ido.

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