lunes, 29 de diciembre de 2014

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Ninguna herida es un destino, es un camino, un error del que no siempre se aprende, duele y no sana si la cubres, si quieres olvidarla y pretendes que está ahí.

Una herida es, algo que sana desde adentro, ninguna sal o miel alivia más de cierto tiempo...

Te extraño más de lo normal pero no puedo hacer más dolorosa esta curación, aunque sigo esperando tus manos en mi recuperación. Cuando venga el día que afronte mi desesperación, deseo que me aceptes tal y como yo te acepto en mi.

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