sábado, 20 de diciembre de 2014

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Llego al mar para olvidarte y recordarte detrás del rumor, en el oleaje que te nombra y huye. No soy el que cobarde en la arena se te esconde, más bien el que en el cielo es invensible. Me fuí de ti para enamorarme, para creer una vez más en lo invisible, eso que nace en el misterio inextinguible y que me hace uno con la luz y con la sombra, desapareciendo entre ambos. El éxito y el fracaso me recuerdan que la vida no es indivisible, y que el amor en suma de sus partes, es igual a ella como un todo, pero nunca individualmente. Tú eres yo, y nosotros somos todo, pero nada también.

Dejo que el asombro despierte en la simplesa de las cosas y con suerte espero que alguna de esas olas borre este dolor que arde con la sal que erige esculturas en tu honor, me voy al mar a ver el tiempo que se mueve con la espuma y esculpe tu figura, me voy porque ahí escuentro todas mis preguntas, ahi donde tu eres todas las respuestas.

Me corté las alas para no seguirte y al caer sobre esa arena dejé pasar tus huellas para no mirarlas junto a las mías, mi vida, aunque morena linda, el mundo es inmenso y cada kilómetro que me aleje de tus brazos en realidad me acercará a tus pies, porque en cada paso que des estaré yo, y siempre, siempre, en mi estarás tu...

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