viernes, 12 de diciembre de 2014

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Creí verte de nuevo, esta vez después de suponer que podías ser, me levanté y fuí tras de esa mujer. En clases de dibujo aprendí que la mente traslapa en la realidad lo que observas y es curioso ver plasmado en lo que hiciste algo que de hecho no existe... eso mismo me está pasando. A menos que tengas un perro y que hayas perdido estatura y ganado lonjas, entonces, de nuevo verte creí. Mi corazón se aceleró y me preparé para decir algo coherente, algo así como un saludo que guardo en mi para ti latente. Desistí de alcanzarla; iba con su novio y tal vez la idea de que fueras con alguien me enfermó con una náusea instantánea, de esas que terminan en vómito, emociones arrojadas salvajemente hacia fuera de uno mismo, sin preparación o consentimiento. Pasaron 10 minutos mientras continuaba con el ejercicio al pie del mar cuando esa mujer de la que hablo pasó cerca nuevamente, lo suficiente para verificar que no eras tu...¡vaya alivio!

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