martes, 16 de diciembre de 2014

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Engañar al mundo entero es una idea loca cuando dos locos intentan vivir cuerdamente engañados, es más fácil mentir que ceder para no romper las cadenas de las convenciones que nos frenan. Pero recuerda: mentirnos primero que a los demás es asesinar con acero y filo la carne, con fuego quemar al espíritu y con lágrimas y cenizas manchar el piso de la indiferencia, imborrable.

Añoro tus besos, tus ojos, tu aroma y tus recuerdos lejos de evaporarse, llueven sobre mi cuerpo incesantemente, aunque parte del mismo ciclo: ayer lloviste, hoy te evaporas y mañana correrás por mi rivera hasta congelarte en invierno y derretirte en primavera. Somos tu agua de río, misteriosa, llena de vida, dulce y turbia, y yo de mar, fría, oscura en el fondo y tibia y rompiente a orilla de la playa, cerca de tu desembocadura, donde mi sal nos mezcla heterogéneos. Pienso mucho en ti, demasiado si quieres, o poco guardando austeridad, aunque en cada día que paso lejos, la efímera luz con que alumbras mi oscuridad me acerca a donde estás, pero no encontrarte ahí me hace fantasearte más, pensarte, olerte y besar tu cuerpo hecho de sombra, frío cuerpo lleno de sentimientos y vaciado con miedos a la vez, ahogados murmullos de historias que no escribiremos, estoy cansado de decirte tantas veces adiós que he preferido sanarme poco a poco en ese mundo de esa dimensión paralela que se calienta con tu sol y tus constelaciones dan remedio a mi dolor.

Me gustaria tenerte cerca y atenderte con todos mis sentidos, con todas mis caricias y calentar tu cuello con mis palabras y frases que terminen con un beso y no un punto final, sólo puntos suspensivos que se suspendan como aretes en tus oídos, como tatuajes sobre tu cadera, como cosquillas en tus muslos y rodillas, como de tus pies suban hasta tucabello como enredadera.

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