lunes, 8 de diciembre de 2014

60

Desperté creyendo que había soñado contigo, un sabor de boca que no pude encontrarle dulzura o amargor, sé que te probé pero no recuerdo a que me supiste.

El sábado pensé de más en ti, por casualidad habíamos terminado en el centro de la ciudad, donde estaba un festival en el que se desarrollarían actividades artísticas y cosas así. Esa tarde estuvimos caminando para buscar las exposiciones y sin rumbo aparente, cuando de repente al voltear a mi derecha, justo cuando terminan los portales recién edificados, me topé con el pequeño pero bien diseñado teatro y me interesé en saber qué obra se montaba ya que las personas aún hacían fila.

Entraban poco a poco, así que decidí preguntar si teníamos oportunidad de acceder sin boletos, a lo que respondieron con cierta esperanza que se definiría en treinta minutos. Preferí como en pocas ocasiones quedarme cerca de la entrada para hallar la oportunidad esperada, en realidad no estaba interesado en continuar caminando, comer cualquier cosa, tomar una cerveza y regresar a casa. También la oferta de ver la luna llena que por cierto se veía gigante estaba en pie, pero desistí y me quedé parado con expectación y ansia. Al fin, alguien del staff alzó la voz para preguntar por dos personas que quisieran entrar, las personas formadas se comenzaron a ver entre sí y afortunadamente todas formaban parte de un grupo mayor, así que sin dudarlo, alcé la mano y le pedí entrar, en voz baja y con cara de tristeza le afirmé que no teníamos boletos, lo pensó cinco segundos y nos dejó pasar. Me emocioné y aguardé una hora más para escuchar al artista que llegó esa noche, aunque no llegó solo, un pianista y cantante del cual subí un video en el post anterior (59) lo acompañó durante el pequeño concierto. Un concierto que me vino bien, inesperado y necesario. Ya tiempo atrás quise ir a sus presentaciones pero no me parecía adecuado, una impresión demasiado fuerte para vivirla solo. Ese sábado era yo, eras tu y la música que aterriza en nuestros recuerdos:


                                    

"...Nunca pude acostumbrarme a tu forma de ser, cada vez que lo he intentado acabo por correr...aunque no te quiero sigo amándote ya vez, me tienes la mano apretando en el arnés me tienes de espalda en la pared, me tienes colgado del alambre y no pusiste red, aunque no lo quiera sigo amándote ya vez, quiero darle vuelta a la película de ayer, aceptar que yo no encajo con tu timidez, luego te apareces y muerdo mis labios una y otra vez, a pesar de todo sigo amándote ya vez..."


                                                                   
"...Te doy la espalda empiezo a andar, pero no dejo de pensar, prendo un recuerdo para evaporar tu amor y más se inflama el corazón...juro que no vuelves a escuchar mi voz, no importa que estalle todo en mi interior, aunque yo no entienda ya esta situación, esta historia acaba porque nunca comenzó..."

Estas dos canciones bajé a grabarlas cerca del escenario, las dos últimas, las que regalan los artistas al final del musical. Me senté sobre el pasillo central apenas tres metros separado de EO y me concentré en no mover la cámara para obtener una buena toma. Me aisle de lo demás y me concentré en la letra, en cantarla, en dedicártela, un calor me subió por la espalda hasta la cabeza, como un abrazo y mientras escuchaba lo que pronunciaba, sentí como mis ojos se enrojecían, era tristreza, el acierto de un par de letras que se aproximan a la nostalgia y al mismo tiempo, enmudecen la alegría de tenerte entre mis manos, en mis pensamientos, en mi boca, en mis días y noches en lejanía tuya.

El sábado pensé de más en ti, el sábado, mi tristeza y la luna se veían igual de gigantes. Sé que pensaste en mi, porque al alzar la mirada, también me miraste en la luna y me escuchaste cantar de dolor.

Desde que nos escribimos, han llegado a mi fantasías sobre lo que te puedo expresar, también cuando vibra mi teléfono pienso que eres tu...me gustaría que así fuera pues en un sentido lato, eres una parte agradable de mi pensamiento, estás presente en buena parte de ellos, a veces están ocultos en la arena o impregnando el aire que respiro, en los sabores que pruebo y en los paisajes que surco con la mirada, y sentir que estás en contacto conmigo, porque piensas en mi, me acerca a ti...trato de que esta experiencia camine en medio del desierto sin que se deshidrate, porque he sentido esa sed de ti, y no me gusta a dónde me lleva, a delirios e impresiones de algo que no sucederá, hacerte propuestas descabelladas, sin sentido, al menos para los demás y no para mi. Quiero que existas en mi vida hasta el final y desde ahi cualquier evento que lo permita se mezcla en la imaginación y trabaja para estirar la realidad. Quiero que tengamos un hijo. Quiero que tengas un tatuaje como el mío. Quiero saber de ti, de tu toda...

No hay comentarios:

Publicar un comentario