viernes, 12 de diciembre de 2014

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Cuando presiento una inminente cercanía, aún en esta distacia, te enredas en mis palabras y haces de un nudo mi garganta. A veces tanta realidad me espanta, y me congela, te aparece pero al rato te mata, por eso navego en el mar de nuestros sueños, a la deriva y con poca ración, esperando no tocar tierra aunque siempre alcanzar tu constelación. Respiro tu perfume con afán y delirio, intentando trazar tu figura en el infinito vespertino, buscando con desesperación el hermoso final que veo en nuestro destino. A veces ciego termino mirando de frente a tu sol, y es  a ciegas cuando te descubro mejor...un dolor que no se ve, es igual al amor que te profeso sin tenerte.

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