lunes, 29 de septiembre de 2014

22

Soñé con ella, al menos al despertar la sensación de haberlo hecho se mantenía en mí, pero como el sutil aroma que el mezcal imprime en el paladar por un tiempo y luego se esfuma, así con el tema del sueño. Recuerdo que hablaba de ella y que ella lo escuchaba pero todo es brumoso...al despertar en la madrugada no pude recordarlo, menos ahora, pero sigue ahí, sigue aquí, sigue en mi...

Me gusta sorber poco a poco el mezcal, degustarlo igual que el vino, es complejo, ahumado, herbal, afrutado, amaderado, y la sensación que te deja al tiempo de haberlo probado es intensa pero sutil. Quisiera besarla después de invitarle un trago de ese licor, para luego consumir de sus labios la embriaguez de sus besos...

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