martes, 9 de septiembre de 2014

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...tocaron la puerta, justo después de haberla escuchado pronunciar mi nombre y pedirme que la abriera. Era la puerta de la casa de mi mamá, allá en el norte de la ciudad. Un lugar importante para nosotros en cuanto a lo que vivimos juntos al inicio de la relación. Yo estaba en la sala junto con mi novia y al reconocerle la voz le dije que era ella, mi ex buscándome. En el sueño no sabía con qué motivo, así que un poco preocupado le abrí. Estaba acompañada de un amigo en común, más mío que de ella que también fué importante en esos tiempos y que ahora después de un periodo de estabilidad y dejar de tomar con la frecuencia que en su compañía lo hacíamos, nos dejamos de visitar. Igual que a ella, lo dejé de ver de manera abrupta, quizás tenga sentido entonces verlo ahí con ella parado en la entrada de la casa.

La dejé y me pidió que por favor le enseñara a hacer traspasos de efectivo de una cuenta a otra que no fuera de ella, o al menos eso entendí en el momento. No es trascendente, pero recuerdo que su cara era de preocupación, desencajado, una expresión que me exponía alguna urgencia o necesidad, como angustiada, y al parecer me necesitaba. La miré despeinada (sus cabellos lacios apenas se alzan con "frizz" o estática por encima de la cabeza).  A ella no le importó que estuviera con alguien...no sé qué pasó después pero es todo lo que recuerdo. Muchas veces la vi así, muchas veces era yo el culpable. Siguen saliendo mis culpas retraídas por la vergüenza de irgnorarla y sobrevalorarme. Egoísta...

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