jueves, 14 de agosto de 2014

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Han pasado 6 meses desde la última vez que la vi...eran las 21 horas de una noche de febrero de 2014, una noche con viento, fría. La esperaba tomando un café expresso doble, quería sentir ese tipo de claridad en las ideas que la energía espontánea de la bebida me brinda.

He decidido comenzar a derramar mis palabras en un lugar donde nadie me conoce, aquí donde nadie y como en la realidad, puede oponerse a la inmoralidad de emociones prohibidas, del amor roto y curado, de la pasión sanadora, de las ilusiones vigentes, inmortales, de las sensaciones que no se extinguen y que se aferran a mi alma aunque mi vida, nuestras vidas hayan tomado caminos opuestos, distantes y dolorosamente incorrectos desde nuestra visión afectada, enamorada, extraña, ciega...

Han pasado 6 meses y la necesidad de pensar en ella no disminuye, ¿será porque no debe ser así? a veces es tan intenso que los recuerdos se acumulan en algún lugar de mi y se transforman en un impulso...puedo rozar mi mano, quedarme sin respiración un instante, perder la mirada, sentir cómo se acelera el corazón, dejar de escuchar todo a mi alrededor y ese pensamiento inicial es una sensación real de extrañar, de querer verla, tenerla cerca, mirarla. Pienso que todo ese momento es fantasear, pero luego parece más una alucinación donde sus aromas son manifiestos (recuerdo el aroma de cada parte de su cuerpo) el aroma de sus pies, su nuca, su espalda, de la comisura de los labios, de sus cejas, cuello, manos, caderas, de sus largas pantorillas...de todo su cuerpo que exploré con sed, con deseo de jamás olvidar sus detalles.

He decidido expresar lo que guardo dentro de mi, como un inconsciente atrapado que de vez en vez brota para recordarme que sigue vigente, que es inalterable y que contradice mis decisiones actuales, la voz interior que va susurrando esos recuerdos a través de sueños, a  través de pensamientos secundarios que se auto insertan en mi al grado de hacerme dudar de las propias palabras que digo... a veces me hace sentir que exclamé su nombre sin quererlo por ejemplo. Lo estoy haciendo porque a nadie se lo he confesado, debe ser arrepentimiento pero es mejor tratar de deshilar un nudo infinito a etiquetar algo y vivir frustrado, atorado en una creación ajena a mi por lo general.

Tampoco me gusta platicar tanto de mis emociones, sobre todo las complejas, no me genera catarsis ni una mejor contemplación...prefiero vivir bajo una loca premisa:

"Nosotros, y el hermoso y trágico resultado de habernos encontrado, fué, es y será una experiencia única, ajena y privada de toda regla inflexible a nuestras experiencias creadoras de ese mundo en el que somos dos, en el que habitamos, ella mi reina y yo su rey..." 

...¿qué más puede importar? ¡ah claro! terminar demente en el plano real de la sociedad que nos sobrecogió unos años...Vivimos juntos 6 años y un poco más.
Hoy escuchando una canción me acordé de ella, si pueden escucharla: Rodrigo Rojas - No será igual. En esta ocasión fué evocada por extrañarla y pensar qué estará haciendo, en fin, una de tantas fantasías lacerantes.

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