He pensado que sufro tanto como me he enamorado, habiendo dicho esto, y con el tiempo dilatando mi perspectiva positiva hacia las emociones, ni he sufrido tanto y tampoco he amado mucho...
Me aferro a objetos, a sensaciones e ilusiones manifiestas entre mis manos, se diluyen, se esfuman y desprenden, florecen, se quiebran y marchitan, y yo, sigo arrastrándome vago e impotente, vació y penitente por sobre hielo frágil que entume mis resquicios, tus recuerdos y pasiones...
Te pienso, si, pero tal vez también te olvido.
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