Un pequeño desahogo, ingenuo pero necesario condensado de sueños, pensamientos, remembranzas y fantasías bastante reales sobre ese gran amor que me envuelve y llena, que ya no está al alcance de mis besos y que ignorando el poderoso deseo de permanecer en ella, la dejé partir...
lunes, 5 de enero de 2015
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La luz en tus ojos es la efímera luciérnaga que habita en mi y en nadie más. Un majestuoso, difuso y tímido amor que deja roto, con distancia insalvable, abismal, triste y nostálgica del todo que pudo ser y la nada que será. Pasos que dejan huella en nuestra arena y que se deslavan al oleaje, como las palabras que nunca pronuncié te arrancan historias jamás florecidas, que secaron antes de verte partir. Los instantes de dos almas cobardes luchando desnudas por amarse, arrancando con mordidas de la piel la sensatez, aplastando entre sí la cordura, escarbando en el calor de su tierra hasta labrar esa guarida de la pasión de la que no se escapa, tan profunda, tan mía, tan tuya.
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