Un pequeño desahogo, ingenuo pero necesario condensado de sueños, pensamientos, remembranzas y fantasías bastante reales sobre ese gran amor que me envuelve y llena, que ya no está al alcance de mis besos y que ignorando el poderoso deseo de permanecer en ella, la dejé partir...
miércoles, 17 de diciembre de 2014
70
¡Buenos días!, sin un particular mensaje adicional, aunque como un café expresso, el sorbo de desearte un buen día, sabe amargo, pero es la peculiar sensación en boca la que distingue y gusta. Como todas las mañanas, bebo un café para despertar, para evadir el sueño del desvelo anterior, y claro, para saludarte sin motivos aparentes, porque prefiero sorber tu sabor y tomar a bocanadas tu aroma oscuro, tibio, delicioso, que mantenerte guardada en algún lugar mientras mi jornada llega a término.
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